La Inteligencia Artificial (IA) está en boca de todo el mundo en los últimos tiempos. Estoy seguro de que alguien de tu entorno la ha mencionado alguna vez o has leído sobre ella en redes sociales. Su capacidad de actualización y autoaprendizaje hace que mejore cada día y se vuelva más provechosa, añadiendo múltiples herramientas que usuarios y empresas utilizan en su día a día. Un gran instrumento para el crecimiento orgánico de las empresas es el uso del Big Data: la recopilación y la utilización de grandes cantidades de datos de manera útil y eficiente, que permitan sacar conclusiones y mejorar en todos los aspectos posibles el funcionamiento de cualquier empresa.
Antes de comentar qué es y cómo funciona el Big Data, tenemos que saber más sobre la inteligencia artificial, que es la base en la que se fundamentan todas sus herramientas. La Inteligencia Artificial es un campo de la Informática y la tecnología que se enfoca en el desarrollo de sistemas y programas capaces de realizar tareas que, hasta ahora, requerían la intervención humana.
En resumen, la IA se refiere a la capacidad de las máquinas para emular algunas de las funciones cognitivas y habilidades humanas, como el aprendizaje, la percepción el razonamiento y la resolución de problemas. Estos sistemas pueden ser utilizados para una amplia variedad de aplicaciones, desde la automatización de procesos industriales hasta la detección de fraudes financieros o el diagnóstico médico. Una de las funciones más efectivas del momento y por supuesto, más mediáticas, es la creación de textos, hasta el punto de hacerte dudar si este artículo lo ha escrito la Inteligencia Artificial o nosotros.
El Big Data y la Inteligencia Artificial
Una vez plantada la semilla de la duda, vamos desgranar el Big Data con la inteligencia artificial, que no es más que un gran volumen de datos que son demasiado complejos y/o extensos para ser procesados y analizados utilizando herramientas y técnicas tradicionales de procesamiento de datos. Estos datos son generados por diversas fuentes, como sensores, dispositivos móviles, redes sociales o transacciones en línea, entre otros.
El término “big data” se refiere a tres aspectos clave de estos datos: el volumen (la cantidad de datos generados), la velocidad (rapidez con que se generan los datos) y la variedad (la diversidad de los tipos y fuentes de datos).
El Big Data se utiliza en diversas áreas como la investigación científica, el análisis financiero, la industria de la publicidad, la medicina y la seguridad informática, entre otras. Durante los últimos años se ha visto su implementación en deportes de élite como el fútbol o el tenis, haciendo que equipos y jugadores aumenten de manera eficiente su rendimiento. El análisis de los datos permite obtener información valiosa, como patrones de comportamiento, preferencias de los consumidores o tendencias de mercado, entre otros, lo que puede ayudar a tomar mejores decisiones y mejorar la eficiencia en diversos procesos.
La sociedad está viviendo un cambio en la cultura hacia la digitalización, para transformarse en algo puramente tecnológico. Estamos entrando de lleno y de golpe en una nueva era de la que aún no somos conscientes, y que lo cambiará absolutamente todo.
Las empresas han aumentado la inversión, pero no de manera eficiente. No se trata de un cambio con la implementación de nuevas tecnologías, sino de cultura tecnológica. Sin olvidar la protección de datos de las empresas y personas que utilicen las herramientas, el objetivo es alcanzar una madurez tecnológica eficaz en relación a las nuevas herramientas que surgen constantemente.
Para finalizar, recogemos la pregunta que seguro te llevas planteando desde el tercer artículo ¿Crees que este artículo lo ha escrito un humano o una Inteligencia Artificial?