En el mundo del marketing online, la importancia de los influencers es incuestionable. Filtrando por el número de seguidores, hoy vamos a hablar de su primer escalón: los microinfluencers.
Las marcas se rifan a los influencers de mayor alcance sabiendo de su potencial tanto en alcance como en refuerzo positivo de su branding. Sin embargo, los influencers más conocidos (y por tanto eficaces a nivel de publicidad) tienen un caché muy alto que solo está al alcance de las grandes empresas. Es entonces cuando entra en juego el espectro ideal para las pymes: los microinfluencers.
Pero, ¿qué son los microinfluencers? Se trata de perfiles de menos de 10.000 seguidores, y por tanto, con un modo de trabajo muy distinto al de las caras archiconocidas, lo que puede suponer una gran ventaja diferencial si sabemos a quién dirigirnos.
¿Cuáles son los aspectos positivos de trabajar con microinfluencers?
En primer lugar, encontramos que esta diferenciación en el alcance hace que los microinfluencers puedan interactuar con más frecuencia y variedad con sus seguidores. De hecho, algunos de ellos tienen unas tasas de respuesta a comentarios en redes muy elevadas, lo que crea un vínculo especial al ser percibidos de forma mucho más cercana. Por así decirlo, su público es más “real” y fiel. Además, no suelen caer en la compra de seguidores, por lo que tu campaña no malgastará unos valiosos recursos dirigiéndose a bots.
Otro aspecto importante a la hora de trabajar con microinfluencers es que generalmente están especializados en un sector en particular, gracias al cual han encontrado un nicho en el que centrarse. Puede ser moda, cine, literatura, gastronomía… las temáticas son tan variadas como puedas pensar. Este factor hace que su público sea, por tanto, muy susceptible a todo lo que tenga relación con el campo por el que se conoce al microinfluencer. De esta forma, localizar y trabajar con un microinfluencer que tenga una imagen de marca que case con el entorno laboral de tu empresa hará que las posibilidades de captación de clientes o de posicionamiento de marca se disparen.
Por otro lado, cabe destacar también que la brecha de coste entre influencers y microinfluencers nos permita diversificar nuestras campañas. Es decir, nos será más económico y probablemente más productivo buscar varios microinfluencers especializados en el sector de nuestra empresa que focalizar todo el presupuesto en un solo influencer que realiza campañas de prácticamente todo lo que le llega.
Para finalizar, y recogiendo lo comentado anteriormente, los microinfluencers no tienen tantas propuestas publicitarias y tienen más tiempo para dedicarles, lo que hace que generalmente (y si les dejamos hacer) puedan crear un contenido muy personal que se aleja de la imagen típica de la publicidad. Este factor es diferencial, pues en los casos de influencers las campañas publicitarias son vistas por sus seguidores como tal y esto puede llevar al desencanto de los usuarios. Sin embargo, el branded content que pueden aportarte los microinfluencers hará que tu target no sienta el producto tan invasivo.
¿Cómo elegir al microinfluencer ideal con el que trabajar?
Por decirlo de forma clara, el microinfluencer que buscas ya está ahí. Seguramente tengas entre tus seguidores a alguien que cumpla los parámetros comentados y que, evidentemente, tiene interés por el producto o los servicios que ofrece tu compañía.
Una vez localizados varias posibles opciones, realiza una labor de scouting y piensa en el público genérico que tienen. ¿Coincide con el target de tu empresa? Si la respuesta es sí, solo queda un paso.
Observa cómo interactúa con su audiencia, infórmate bien de las opiniones sociales o políticas que comparta (si lo hace) e investiga si es alguien dado a tener conflictos en redes. Si la impresión final tras considerar todo esto es que el microinfluencer te genera confianza, solo queda escribirle un mail y comenzar a negociar.